miércoles, 12 de marzo de 2014

Cartas de amor 3ª Categoría


Querido Cupido:
Siento si te decepciono, pero no te escribo para declararte mi amor, ni mucho menos, sino para realizar una pequeña petición. Creo que últimamente has estado haciendo un pésimo trabajo, vamos, que no aciertas ni una. Y quiero dejar constancia de que esto no es nada personal, no es porque decidieras que “él” no me iba a corresponder, que al fin y al cabo ya le olvidaré.
Por otro lado, estoy indignada porque me has causado terribles problemas de insomnio, concentración, locura, falsas ilusiones y repentinos ataques de “¿y si…?”. Y esto no está bien, Cupido. No he hecho más que comerme la cabeza pensando por qué me haces esto, lo que yo quería esa tan fácil como tirar una flechita de nada. La verdad, opino que tirar flechas no es muy complicado; ¡te querría ver yo a ti estudiando tres temas de biología! Pero, bueno, que no estamos hablando de mí, sino de ti.
A veces me pregunto por qué todos confiamos tanto en ti, ¡por Dios! ¡Si solo eres un bebé! No debería ser ni siquiera legal que trabajases. Y para colmo, encima vas por ahí medio desnudo y con pañales. Vamos a ver, si no puedes controlar tus esfínteres, ¿cómo vas a acertar en el complicado mundo del amor? Te diré una cosa: hay quien dice que los llevas porque siempre la cagas. No sé tú qué opinarás, pero sea la hipótesis que sea, todo nos indica que no tienes ni idea del amor. Aunque solo es una opinión, no te me ofendas.
La duda que me asalta ahora mismo es por qué te ocupas de nuestra vida sentimental si tú no tienes ni la típica novia de guardería. ¿O es que la tienes pero no lo haces público? No, si será que al final eres como el resto de los hombres, aunque todavía no tengas ni barba ni voz de camionero. Aunque claro, eso no influye para que vayas por ahí rompiendo corazones, ya que fuiste tú el que rompió el mío, y no “él”. Sí, lo estoy afirmando; eres tú el que tiene toda la culpa de que las parejas no funcionen. Supuestamente tú debes escoger a dos personas que encajen y juntarlas, y no dejar que la gente se enamore de alguien que no les va a corresponder, pero ¿qué pasa? El pequeño Cupido se equivoca, demasiadas veces. Estamos de acuerdo en que eres humano, y todos cometemos errores, pero en este caso creo que nada puede disculpar tu actitud.
Otra cosa. Ya sé que estoy de lo más preguntona y que te he dicho bastantes cosas que tal vez te resulten ofensivas, pero entiende que utilice la regla del ojo por ojo, que tú también me lo has hecho pasar mal. Bueno, que me disperso. La pregunta es muy sencilla y espero que, por todo lo que ha pasado, me respondas sinceramente: ¿lo haces a posta? Es decir, por ejemplo, se te rompe un juguete de los tuyos ¿y vienes a divertirte con nosotros, con los pobres humanos de a pie? Te volveré a ser sincera: creo que esto no va mucho contigo, pero todo hay que preguntarlo; ya sabes, para no quedarnos con la duda.
Para finalizar, esta carta de no-amor te diré, querido Cupido, que espero de todo corazón que enmiendes todos tus errores, por lo menos conmigo, y tomes cartas en el asunto. De lo contrario, me veré obligada a hablar con tu superior Eros y no creo que te guste que te quiten la licencia de tirador de flechas, con todo lo que sé que te costó aprobar el psicotécnico. Puedes entender esto como un chantaje, que en realidad es lo que es, no te voy a engañar.
Espero que tengas en cuenta mi humilde “petición”.


                                                                                                      Un corazón roto



ADRIANA ROLDÁN. 1º BACHILLERATO C

1 comentario:

  1. ¡¡¡Buenísima!!! Cómo me he reído del pobre Cupido (¿o con el pobre Cupido? no se bien).

    ResponderEliminar